sábado, 14 de abril de 2012

Segunda fase de la Revolución Industrial (1870-1914)

     La expresión “segunda revolución industrial” se utiliza para hacer referencia al conjunto de innovaciones técnico-industriales fundadas en el acero barato, la química, la electricidad, el petróleo, el motor a combustión interna, la nueva empresa moderna y nuevos tipos de gestión del trabajo y organización industrial, que emergen durante el último tercio del siglo XIX. 
     Se trata fundamentalmente de una “revolución tecnológica”.

La innovación tecnológica

     Estas innovaciones permitieron actualizar y relanzar la tecnología de la primera Revolución Industrial mediante una serie de perfeccionamientos en la tecnología del vapor y del hierro.
     La industria del hierro se convirtió en el sector que experimentó una de las más profundas transformaciones, basada en el desarrollo de la industria del acero (más resistente y duradero que el hierro forjado). La expansión de la industria siderúrgica tuvo un enorme impacto global en todo el sistema económico. Los raíles de acero para el ferrocarril duraban más y eran más seguros que los de hierro. El uso del laminado para la construcción naviera permitió construir barcos más grandes, ligeros y rápidos. El acero no tardó en remplazar al hierro en herramientas y máquinas.
     Durante este período, se desarrolló un nuevo núcleo tecnológico de punta en el que el papel protagónico lo desempeñaron el petróleo y el motor de combustión interna, la electricidad y la industria química.
     La paulatina difusión del motor a combustión interna y la fabricación de los primeros automóviles transformaron el petróleo en la principal fuente de energía.
     A partir de 1860, con la invención del dínamo y más tarde con la lámpara incandescente, el alternador y el transformador, la electricidad se transformó en una de las formas de energía más versátiles.
     La industria química fue otro de los más grandes núcleos tecnológicos de punta. Hacia mediados de siglo aparece con fuerza la industria de colorantes sintéticos. Desde ésta se desprendieron nuevos sectores como la industria farmacéutica, los explosivos, las fibras sintéticas, el caucho sintético, las telas artificiales y la industrialización de residuos minerales.

La empresa moderna

     La segunda mitad del siglo XIX fue la época del nacimiento de la empresa moderna, entendiendo como tal la gran empresa con una organización burocrática, administrada por gerentes asalariados, cuya forma jurídica más característica es la sociedad anónima.
     Este tipo de empresa se diferencia de la típica y tradicional por sus actividades y tamaño. En la siderurgia, en la industria química, en la explotación del petróleo y la petroquímica, los requerimientos de escala fueron altos y las dimensiones de las empresas necesariamente grandes. También contribuyó al desarrollo de la gran empresa, la ampliación de los mercados.
     La formación de grandes empresas barrió con las formas tradicionales de administración, centralizadas y personalizadas. El proceso de separación entre propiedad y gestión estuvo vinculado al incremento de los volúmenes de capital que las grandes empresas requerían. Debieron recurrir crecientemente al crédito bancario y al mercado de capitales mediante la emisión de acciones, lo cual tuvo como contrapartida el incremento del número de sociedades anónimas.

Nuevas formas de organización del trabajo

     También se produjeron grandes cambios en el proceso de trabajo, cuyas expresiones más sobresalientes fueron el taylorismo y el fordismo. Ambos se originaron en Estados Unidos entre fines del siglo XIX y principios del XX y tienen en común la propuesta de una organización más racional del trabajo, con el fin de incrementar su productividad.
     Con el nacimiento del sistema de fábrica, el obrero fue dejando de manejar y dominar los instrumentos de trabajo, pasando a ser controlado por el ritmo de la máquina.
     


Frederick Taylor
     Entre 1880 y 1890, Frederick Taylor logró reducir los tiempos muertos mediante la racionalización del trabajo y el cronometraje de las tareas. 
     Taylor proponía:  
a) el estudio de los tiempos y movimientos de las tareas para identificar los movimientos inútiles a fin de eliminarlos; 
b) la instalación en los talleres y oficinas de una división social y técnica del trabajo (separación entre concepción y realización del trabajo);  
c) la asignación por anticipado, de un número de tareas específicas a cada uno de los trabajadores para que éstos la realicen de manera regular y permanente, respetando un tiempo prescripto; 
d) la necesidad de individualizar el trabajo, oponiéndolo al trabajo grupal o en equipo (especialización);  
e) un sistema de remuneraciones estructurado en función del rendimiento personal;  
f) el control y la estrecha supervisión de cada trabajador por parte de los capataces, lo que reduce su margen de autonomía.



Cadena de montaje (imagen de la película "Tiempos modernos"
     Desde las primeras décadas del siglo XX, se implantó otra forma específica de organización, el fordismo, que consiste fundamentalmente en la fabricación en serie de mercancías estandarizadas. Se apoya en una cadena de montaje sobre la cinta transportadora que implica un flujo constante de producción, el permanente movimiento de las piezas y subconjuntos, evitando el desplazamiento de los trabajadores.




Henry Ford
     Henry Ford, en su intento por transformar el automóvil en un bien de consumo masivo, implementó por primera vez el nuevo proceso de producción en su fábrica de Detroit para la fabricación de los clásicos Ford T.
     Las principales características son:  
a) la utilización de plantillas, moldes y matrices de fundición que dan como resultado piezas idénticas;  
b) la cadencia del trabajo está regulada mecánicamente, de manera externa al obrero, por la velocidad dada a la cinta que pasa delante de cada operario, quien tiene un lugar fijo y tareas preestablecidas en la línea de montaje.



Ford T

     Las nuevas exigencias de la producción masiva requerían una modificación de las pautas de consumo y de las normas de vida de los trabajadores que pasaron a ser considerados como verdaderos consumidores. Es Ford quien inaugura en 1915, un acuerdo general sobre los salarios de sus obreros, que fue la puesta en marcha del “five dollars a day”, duplicando los jornales promedio. Se abría así el camino a la sociedad de consumo. 





Barbero, Mª Inés; “El mundo contemporáneo: historia y problemas”, págs. 92-99.








































11 comentarios:

  1. Es mucho pero ta legal y esta bueno el material !

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  2. mucho dice, te resumió toda una unidad en esto.

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  3. ma firme ñey, esta informacion esta a punto justo dee cosecha amista

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  4. Muy Buen informe, Pero se podrían agregar los inventos descubiertos y desarrollados en el lapso de tiempo de esta etapa

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  5. super bueno me sirvio mucho la informacion

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  6. super bueno me sirvio mucho la informacion

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  7. muy bueno muchas gracias guapa!

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  8. ta ilegal pary no hay caracteristicas

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    1. No? Leé de nuevo y con más atención, a ver si las encontrás

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  9. La segunda fase no empezó en 1850? y según mi profesor de historia aún sigue.

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    1. Es una fecha aproximada, dado que los cambios económicos son difíciles de fechar. El fin se marca con la Primera Guerra Mundial, justamente porque esa guerra generó otros cambios importantes en la industria. En realidad, podemos decir que hubo muchas revoluciones industriales. Sin duda nuestra tecnología actual tiene poco que ver con la de 1900. ¿En qué fase de la revolución industrial crees tú que estaremos? Las respuestas pueden ser muy variadas y acertadas todas. En Historia no hay verdades absolutas.

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